Mujer virtuosa, ¿quién la hallara? … (Proverbios 31:10). 

Haremos un breve análisis de esta mujer, a fin de saber si la podemos encontrar, lo que sería todo un acierto. El texto dice entre sus características que es casada y que tiene hijos. Bienaventuradas las casadas que han dado a luz, pero  gran porcentaje de las mujeres quedarían excluidas, por ello es necesario hacer algunas precisiones: 

Que una mujer este casada, significa que contrajo el sagrado vinculo del matrimonio. La expresión “sagrado vinculo,” hace referencia a una unión de carácter espiritual, no solo a un contrato civil entre dos partes del ámbito legal. El matrimonio fue instituido por Dios, Él lo estableció como una unión espiritual entre un hombre y una mujer con el fin de prodigarse amor, y también de procrear, cualquier otro tipo de unión, no se refiere a este matrimonio ni debería llamarse así.  

Al ser un vinculo espiritual, está por sobre lo meramente legal y supera los formalismos ceremoniales, que pueden ser hermosos y apropiados, cuando los contrayentes son conscientes de lo central de la ceremonia. Lo realmente importante es que sea una unión espiritual, que la pareja acepte al Dios de amor como integrante principal de esa unión, y reconozcan que sólo Dios mediante, ellos podrán amarse, y se comprometen a ello.  Así es que no se limita a mujeres casadas según el derecho, sino también a quienes, por circunstancias de la vida, lo han contraído, sólo de hecho, en que los aspectos legales, ceremoniales han estado ausentes, pero que antes Dios y en la praxis, lo son. 

La otra precisión tiene que ver con los hijos. Madre es en terminología biológica, el ser vivo hembra que ha tenido descendencia, que ha parido a otro ser vivo, o más de uno; pero en los animales, la madre cumple un rol de asistencia y protección física de sus crías, instintiva y brevemente, mientras que, en el ser humano, el desarrollo integral; fisiológico, psicológico, espiritual, requiere desde el intimo apego inicial, hasta años de prolongados cuidados que se plasman en un elemento diferenciador fundamental: la crianza. Es lo que constituye a una mujer en madre. A los hijos se los tiene pariéndolos o adoptándolos, término, que está más allá de la adopción legal, más bien bajo el concepto de hacer suyo por amor, a quien voluntariamente quiere, con la más altruista, noble, inigualable, inconmensurable y trascendente de las funciones humanas: formar al humano, en una persona de bien, eso es criar, y quien cría es madre. 

Por lo expuesto, se nos amplía el abanico, para encontrar a la mujer virtuosa del libro de Proverbios, y es conveniente aclarar que este abanico se puede ampliar todavía más porque la virtud es una cualidad estable de la persona, que puede ser natural o adquirida y toda virtud es susceptible de ser desarrollada, de manera que nadie podría decir que no tiene virtudes, pueden ser adquiridas a través del hábito. Como algunas de las que posee la mujer virtuosa; que es ocupada de sí misma, confiable, decidida, precavida, segura, habilidosa, cuidadosa, bondadosa, amorosa, sabia, trabajadora, temerosa de Dios.

Hemos dejado ex profeso estas dos últimas cualidades al final; trabajadora, porque es necesario destacar que no se refiere necesariamente a quien lo hace fuera de casa, que no era el caso de la mujer del texto salomónico, pero hoy es una práctica culturalmente aceptada, normal, deseable. Es probable que haya sido la necesidad de incrementar los recursos familiares, la búsqueda de realización personal, de independencia financiera, o el contemporáneo anhelo de igualdad de género, o de algunas o de todos ellas, que la mujer fue ganando gradualmente espacios en el ámbito laboral.  Hoy puede ser considerado como anacrónico retrógrado pensar que no debía ser así, pero, al parecer efectivamente no era el rol original, toda vez que, de acuerdo con el relato del génesis, el hombre debía ser el padre proveedor y la mujer debía ser madre, sin pretender obviamente, generalizar.

 Como he dicho anteriormente, no hay misión rol, función mas importante y trascendente que la de formar a un ser humano, entonces cuando se dice, ¿Por qué la mujer no puede ser sacerdote, o porque no puede ser tal o cual profesional?, es porque su misión es mucho más valiosa que ser como ellos, es ¡formarlos a ellos como personas! Y no es posible valorar ni dimensionar la envergadura, la importancia, de tal misión en la vida, tanto que me atrevería a pensar que cuando no veo valores o principios, hogares bien constituidos, personas bien educadas, y no solo instruidas, se debe al parcial o total abandono de este rol, ser madre. Cuando decía como profesor, que las Educadoras de Párvulos eran un mal necesario, quería decir que al no poder estar tan tempranamente la madre al cuidado y en la educación de ese hijo, tenían que hacerlo ellas, pero una madre como maestra en los primeros años es irremplazable. Quiero pensar que en ese virtuosismo de la mujer esta la capacidad de trabajar en la educación de sus hijos, en la conducción de su hogar y fuera de casa.

Finalmente, temerosa de Dios. Una mujer con tal responsabilidad, la de ser madre, no reconocer que solamente bajo la dirección y el constante amparo de Dios,  es posible desarrollar las capacidades que le permitan  ser consideraba virtuosa, que sabiéndose débil e incapaz muchas veces,  seguir con la ardua tarea,  para que cuando, a pesar de sus esfuerzos, su misión no rinda los frutos esperados, no sentir culpa por ello, para aceptar ser catalogada como la mejor mamá del mundo, y aceptarlo con humildad. La mujer que se embellece para sí, y realiza todas las multifunciones del pasaje bíblico de Proverbios, no es virtuosa por eso, sino porque reconoce que necesita al señor y Él le concede las virtudes que requiere.

Si usted es madre y siente que necesita al Señor, la mujer virtuosa ha sido hallada.

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